Ellie tiene 21 años y es belga. Su pareja alemana, Nele, tiene 24 años. Ahora han desandado el camino y viven de nuevo como mujeres, el género que les asignaron al nacer. Pie de foto, Nele izquierda es alemana y Ellie derecha es belga. El año pasado, ambas tomaron la decisión de dejar de tomar testosterona y comenzar a usar el pronombre femenino ella nuevamente. Poco a poco, su propio estrógeno natural comenzó a feminizar sus cuerpos.
Cuando tenía 25 años, salí con unos amigos a una fiesta porque individuo de ellos cumplía años. Entre tanta gente vi a una hermosa madama, de cabello rubio, largo. Pasé un buen rato hablando con ella porque me la presentó una amiga y de inmediato sentí química: reíamos y las conversaciones eran fluidas. Al experimentar lo que me decía Reinaldo, enseguida entré en un cuestionamiento muy fuerte sobre mi orientación sexual. Fue bastante duro porque a pesar de conocer que era una chica trans, denial podía dejar de pensar en ella.